María Curiel De Moya

Coach Internacional Certificada

Mi historia

Mi carrera laboral se forjó en varias empresas multinacionales en el “más hermoso país que ojos humanos hayan visto”: República Dominicana. Se remonta a los inicios de los años 90 cuando inicié mi formación en la práctica del liderazgo teniendo la oportunidad de liderar equipos en varias posiciones gerenciales ocupadas. Esta experiencia ha sido gratificante, ser guía de personas por más de 25 años, eso es un gran privilegio. En ese trayecto tuve la dicha de aprender de extraordinarios líderes mentores que con su ejemplo interioricé mi creencia actual de que la gente es el principal activo de toda organización.

Reconozco que un líder comprometido es aquel que inspira y contagia su entusiasmo y pasión haciendo que sus colaboradores sientan como suyos todos y cada uno de los logros alcanzados.  Certifico la frase de Warren Bennis, uno de los pioneros en el campo del liderazgo de que “El único capital que realmente importa es el capital humano”.

La experiencia me ha demostrado que tocar el corazón de la gente es la mayor ganancia de toda empresa. Creo firmemente que la transformación cultural comienza con la transformación personal de los líderes. Las organizaciones no se transforman, lo hace la gente de las organizaciones.

De mis secretos diré que el amor por el arte, la pintura y la música me han apasionado desde mis primeros años de vida. Ese amor por el arte me ha acercado a valorar la naturaleza, el desarrollo con sentido social y humano,  y reconocer el regalo de la grandeza de Dios en toda la creación.

Estudié pintura por 8 años y en mis tardes de temprana juventud la ocupaba inmersa en esta actividad. No dudo que esta fuese una de las razones que me impulsaron junto a la influencia de mi hermano César, arquitecto de profesión, a estudiar mi primera  carrera profesional: Diseño de Interiores. Aún llevo en las venas esa pasión por la pintura, aunque ya no la practique en mi vida cotidiana.  Este amor por la vida, por la naturaleza aún permanece en mis fotografías –amateur- cuando tengo la oportunidad de desplazarme a varios puntos del país.

Mi inspiración

De mi gran inspiración diré que es mi madre, Doña Eunice, mujer de temple, quien me enseñó con su ejemplo que a pesar de las dificultades hay que luchar y seguir adelante, a perseverar siempre sin importar los tropiezos. Mujer de corazón noble, espiritualidad profunda, humilde, entregada, luchadora, trabajadora y lo más importante, amó profundamente a su familia; sus siete hijos, nietos y bisnietos.

Mamá nos enseñó a amar con obras, porque así nos amó. No pasará un día de mi vida en el que no piense en su legado, en sus sacrificios y toda su lucha. Tengo la firme creencia que nos sigue cuidando desde el cielo.

Otro modelo que me inspira cada día es mi hermano Yuly, un ejemplo de lucha y persistencia para lograr sus sueños. Empresario exitoso, quien nos ha mostrado que con perseverancia, trabajo arduo, integridad, honestidad y ética profesional se pueden lograr las metas.

Las dificultades y fracasos en la vida me han enseñado, que sirven de aprendizaje y que hay un momento de la vida en que miras hacia atrás y comprendes que hay algunas cosas que has aprendido a valorar, fruto de la experiencia y la reflexión. Paradójicamente, es un error pensar que el éxito es sinónimo de “nunca equivocarse”. Pensar que siempre estamos en lo correcto puede ser bastante peligroso. Nadie es perfecto. Quien piensa así sufre de arrogancia, y puede ser tu peor enemigo. No celebro los errores, pero respeto y valoro a quienes son capaces de reconocerlos, asumen su responsabilidad y generan un aprendizaje a partir de ellos.

Un marinero no se convirtió en el mejor navegando en un mar tranquilo, al contrario, las tormentas que venció durante la travesía lo llevaron a ser un gran lobo de mar. Aprovecha y agradece todas las tormentas que se atreviesen en tu vida, pero aprende de ellas y trata de no repetirlas.

 “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma.”

Mahatma Gandhi

Hoy es un motivo para celebrar que estoy aquí, que estoy viva, que tengo sueños que concretizar y valentía para asumir cada tiempo como el hermoso desafío de ir más allá, sin miedos ni conformismos sino con la certeza de que Dios está respaldando mis pasos y mostrándome nuevas sendas.

Creo con firmeza que las cosas bellas llegan para aquellos que creen, que son pacientes y que jamás se dan por vencidos. Los que siguen luchando con toda la fe.

Les invito a tratar de conseguir la mejor versión de cada uno de nosotros. Una versión positiva, saludable, generosa, solidaria y feliz.

Soñemos, perseveremos, pero sobre todo actuemos.  Mientras alberguemos un sueño en nuestros corazones, tendremos la oportunidad de hacer que sucedan. Solo al abandonar los sueños ya no hay remedio.

La vida es tan fugaz como un arco iris, un destello de luz, o el brillo de una estrella al amanecer. No osemos en desperdiciarla.

El mejor uso que podemos dar a nuestra vida es construir algo que dure más que ella. Intentemos dejar un vestigio de nuestro paso por la vida. ¡Hagámonos inmortales!

El mejor uso que podemos dar a nuestra vida es construir algo que dure más que ella. Intentemos dejar un vestigio de nuestro paso por la vida. ¡Hagámonos inmortales!

Conversemos e iniciemos la jornada hacia el logro de resultados